Fue
un día largo, muy largo. Todos habían festejado por la noche junto a sus hijos,
junto a su familia.
¿Mi
familia? Hace mucho no la veo, todo cambió hace años, y el alcohol se la llevó.
Navidad...
como si tuviera algo de especial. Lo bueno es que hoy es domingo y no tengo que
preocuparme por la cena. Todos los domingos en Primera Junta, una pequeña
plaza, un grupo de chicos siempre nos trae comida. A veces, pienso que mi hija
debe estar igual de grande que esos chicos…
Pero
esta noche fue diferente.
Cuando
llegué, la plaza brillaba, había muchas luces y bellos carteles de colores.
Habían mesas rojas, grandes y largas. No sé cómo hicieron, pero el lugar
parecía otro.
Cuando
me senté, comenzaron a servirme, y tenía dos mozos para mí. No puedo recordar
cuándo fue la última vez que me habían atendido así. Tuvimos primer plato,
segundo plato y hasta una mesa dulce. Todo increíblemente rico. Hubo un show
sólo para nosotros, chicos cantando toda la noche.
Realmente,
mi corazón no entendía que pasaba.
En
un momento, me di cuenta que estaba festejando la Navidad con ellos, mi
familia. La de los domingos. Y estaba feliz.
Casi
al terminar, una chica pasó adelante y dijo: “Y ahora, que toda la gloria sea
para Dios, quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o incluso
imaginar mediante su gran poder que actúa en nosotros”
Jesús estuvo esa noche ahí, conmigo. Y esa chica tenía razón,
porque hizo por mí, mucho más de lo que yo podía imaginar.
Nacio en 1988 en Argentina, Desde el 2003 Carla se perfecciona en las diversas técnicas de canto y la influencia de la música en el ser humano. Es miembro activo de la iglesia Catedral de la fe en Bs As, Argentina. Desarrolla su ministerio como Directora de Alabanza y Coordinadora de la escuela de Música EFAM. Durante los últimos años ha participado de viajes misioneros "Cambia tu mundo" llevando la palabra de Dios mediante la música, y realizando adoración publica. Buscando nuevas formas de evangelizar mediante la música.
English Translation:
It had been a long day.
Too long. Everyone had been
celebrating through the night with their kids, together with their families.
And my family? I have seen them in ages, everything changed years ago, and alcohol took them away.
Christmas…as if it should be something special. The good part is that today is Sunday and I
don’t have to worry about dinner. Each
Sunday in the small plaza of Primera Junta a group of young guys brings us
food. Sometimes, I think about how my
daughter should be about their age…
But this night was different.
When I arrived, the plaza was shining with lights and beautifully-colored
decorations. There were red tables, big
and long. I don’t know how they did it,
but the place seemed different.
As I sat and they began to serve the food, there were two
waiters just for me. I couldn’t remember
the last time I’d had such service. We
had a two-course meal and even a tableful of desserts! It was incredibly tasty. And they put on a show just for us, these young
people were singing the whole time.
My heart didn’t understand what was happening: I realized that I was celebrating Christmas
with these people, my family. My Sunday
family. And I was happy.
Right before the end, a girl passed in front of me and said “To
God be the glory, who can do more than we could ever ask or imagine according
to His great power that works in us.”
Born in 1988 in Argentina, since 2003, Carla has been working on the art of singing and connecting to people through music. She's developed her ministry as a worship leader and the co-ordinator of the music school EFAM. She also enjoys musical missions and organizing public worship.
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